Debo reconocer la función integradora que tiene este
Centro Deportivo en cuanto a vincular
a los chicos y chicas que lo utilizan con su entorno social y cultural en el que viven, reforzando la cohesión social y la convivencia. Debo reconocer también la labor educativa que ejercen los profesionales como Manuel, el Educador Social y monitor de patinaje artístico con el que he pasado una tarde, acompañando a sus alumnos/as en este momento vital y complicado de la adolescencia, pero debo cuestionar la invisibilidad hacia otro tipo de adolescentes: aquellos con dificultades sociales y económicas o con tanto malestar interno que provoca rechazo social y que son expulsados del modelo urbano hegemónico. El Centro Deportivo cuida mucho y bien a sus usuarios/as, pero mira hacia otro lado con la otra adolescencia: los incómodos para el sistema. Esos chicos y chicas tienen el acceso vetado y la verdadera función educativa debe basarse también en establecer el vínculo con ellos. No lo puede decir mejor Sonia Camallonga (2014:45) al asegurar sobre los profesionales que “sus prácticas tendrían que orientarse a poner en crisis este proceso de producción urbana que genera injusticia y desigualdad social. Los jóvenes tienen derecho a desarrollarse como agentes activos y productivos en el espacio urbano, y por ello han de poder elegir entre continuar reproduciendo un orden social que les perjudica o ponerlo en cuestión”.
a los chicos y chicas que lo utilizan con su entorno social y cultural en el que viven, reforzando la cohesión social y la convivencia. Debo reconocer también la labor educativa que ejercen los profesionales como Manuel, el Educador Social y monitor de patinaje artístico con el que he pasado una tarde, acompañando a sus alumnos/as en este momento vital y complicado de la adolescencia, pero debo cuestionar la invisibilidad hacia otro tipo de adolescentes: aquellos con dificultades sociales y económicas o con tanto malestar interno que provoca rechazo social y que son expulsados del modelo urbano hegemónico. El Centro Deportivo cuida mucho y bien a sus usuarios/as, pero mira hacia otro lado con la otra adolescencia: los incómodos para el sistema. Esos chicos y chicas tienen el acceso vetado y la verdadera función educativa debe basarse también en establecer el vínculo con ellos. No lo puede decir mejor Sonia Camallonga (2014:45) al asegurar sobre los profesionales que “sus prácticas tendrían que orientarse a poner en crisis este proceso de producción urbana que genera injusticia y desigualdad social. Los jóvenes tienen derecho a desarrollarse como agentes activos y productivos en el espacio urbano, y por ello han de poder elegir entre continuar reproduciendo un orden social que les perjudica o ponerlo en cuestión”.
Es necesario que la Administración cuente con
profesionales de la ES que garanticen el derecho de cualquier persona a
disfrutar de aquellos equipamientos públicos que se encuentren en sus ciudades,
pues “la ciudad es un enclavamiento de
socialización primordial y la ES una práctica que insta a la promoción social y
cultural de las personas” (Rosa, A. 2012:71), y que cumplan los 4 ejes fundamentales
que fallan, según mi observación, en este Centro Deportivo: el de la
accesibilidad, participación, diversidad
y promoción social y cultural para aquellos
adolescentes que se presentan incómodos ante este sistema que trata de
ocultarlos.